Esta situación de encierro, la cuarentena, es una fuente de estrés psicosocial que genera consecuencias más allá de la enfermedad por covid19, la pandemia.
La pandemia es una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región. Es inevitable en sí misma y la cuarentena o aislamiento preventivo, es una decisión de las autoridades que obligan durante un período de tiempo por razones sanitaras, a no salir de las casas.
La pandemia, es un evento incontrolable. En la mayoría de los casos nos deja vulnerables frente a los acontecimientos. La situación de encierro es diferente, nos enfrenta a una situación impuesta que nos cambia la vida cotidiana. Así, nos tuvimos que rearmar, adaptarnos a un suceso inesperado, que en un principio nos dejó en estado de shock.
En muchos casos, persiste la sensación de “estar esperando” que esto termine y poder volver a la realidad anterior. Pero como en cualquier situación psicosocial vital estresante hay un cambio y ya no se puede volver atrás porque algo pasó que lo hace imposible y cada persona lo vive con los recursos internos que tiene o que vaya adquiriendo.
Podríamos decir que estamos en una situación de transición. A veces vamos a aceptar lo que nos está pasando y a veces vamos a extrañar o sentir que la vida va a ser la misma que antes. Estamos frente a un duelo. Tenemos que elaborar la pérdida y procesarla. Vamos a ir y venir hasta que la situación nueva pase a ser parte de nuestra vida. Y ahí, nos preguntamos:
¿Cuáles son los efectos concretos de este cambio vital y estresante, con que problemas de salud se relaciona tanto física o mentalmente? ¿Podemos salir fortalecidos de esta experiencia?
En realidad, si bien se pensaba que siempre estos cambios estresantes son negativos y perjudiciales para la salud, empezaron a surgir ciertas dudas de si ese “siempre” es tan así. Se evidenció entonces que las consecuencias adversas no depende solo de la situación sino también como la persona la percibe y con qué recursos internos cuenta para afrontarla.
En principio y para contestar la primera pregunta que nos hicimos, entendemos que las personas más vulnerables, por su personalidad previa al evento, y que tampoco contaron con factores protectores frente a los cambios estresantes que trajo la pandemia, sufrirán desde trastornos pasajeros hasta poder quedar con secuelas permanentes. Alguna de estas secuelas son trastornos en el sueño, gastrointestinales, depresión, angustia, extrema sensibilidad, falta de ganas, poca energía, problemas dérmicos, sistema inmunológico deprimido, trastornos cardiovasculares, cognitivos, falta de atención y por consiguiente pérdida de concentración, entre otros.
Por otro lado los factores protectores que también podemos llamarlos factores psicosociales que generan resiliencia en las personas, son los que permiten una mejor adaptación a los cambios. Y si bien las personas sufren todas la misma situación real, su respuesta es resiliente en estas últimas. Esto significa que salen fortalecidos frente al trauma que genera la situación de cuarentena.
Algunos de eso factores son: Red de apoyo social y familiar, optimismo y visión esperanzadora de la vida, capacidad de búsqueda de ayuda y de generar recursos nuevos para afrontar la situación, ser flexible cognitivamente, esto se refiere a la capacidad de reconsiderar la propia experiencia y reacomodarse y reconocer que las experiencias de estrés y traumáticas pueden ofrecer oportunidades para crecer.
Dependerá entonces de infinidad de causas el resultado de la adaptación al cambio. Entonces la respuesta al estrés es producto de la situación y del individuo, su resistencia al estrés y/o su vulnerabilidad. Al final del día, el abordaje de los trastornos tanto físicos como psicológicos pasan con una adecuada intervención de los especialistas en el tema en cada caso particular.
Como conclusión, podemos afirmar que este evento psicosocial estresante que estamos transitando tiene distintas fases. Podemos estar seguros, que esto es un cambio que se va a extender en el tiempo y que hay que seguir cuidándonos no solo del COVID-19 sino y especialmente del efecto miedo, que no permite que atendamos los controles físicos preventivos y aguantemos más de la cuenta antes de hacer una consulta psicológica.
Dra: Monica Cornejo – Servicio de Medicina y psicología del estrés – Consultas y turnos: testcontrol@centromedicovilella.com.ar
Asimilar y Acomodarnos a la Nueva Realidad | El Servicio de Medicina y Psicología del estrés puede ayudarlo a visualizar y mejorar los recursos de afrontamiento al estrés durante esta pandemia. Puede escribir a testcontrol@centromedicovilella.com.ar y tendrá la respuesta de un profesional especializado en esta área.